La obra inmortal de Gustavo Cerati se reedita en vinilo

Para Adrián Taverna, sonidista de Cerati durante más de 25 años, el traspaso de formato en discos concebidos en la era digital como Dynamo y Sueño Stereo -que por una cuestión de duración se editarán en formato doble, alterando la distribución entre dos Lados A y dos Lados B- trae dudas. "Es raro, porque fue concebido en otra época", dice Taverna. "Yo creo que a Gustavo no le gustaría mucho porque era alguien muy meticuloso, muy obsesivo; para él, los discos tenían un sentido, con su orden específico y forma. Era un tipo al que le gustaba la modernidad, no era ningún fundamentalista del vinilo." A Charly Alberti tampoco lo entusiasma demasiado la iniciativa. "No me parece algo que supere a un pequeño nicho de interesados", dice. La organización del show homenaje, mientras tanto, se lleva adelante en completo hermetismo. "Estamos recuperando nuestro pasado", dice Damián Amato, presidente de Sony Music Sur, ajustando los lanzamientos de la obra de Cerati al plan general de reediciones, que en su primera tanda (replicando de manera exacta la obra en su versión original) incluyó 20 mil copias de quince títulos editados originalmente en vinilo, como Artaud de Pescado Rabioso, Durazno sangrando de Invisible, Vida de Sui Generis y Superficies de placer de Virus (con precios de venta que rondan los 350 pesos). La segunda tanda, todavía sin fecha confirmada, también va a incluir El león de Los Fabulosos Cadillacs y Don Lucero de Spinetta. "Son obras que nosotros consideramos emblemáticas del rock nacional", dice Amato, que hace dos años impulsó la misma acción para el mercado chileno. "La demanda del vinilo fue aumentando mucho en los últimos años y nos pareció importante satisfacerla." Para su fabricación final en República Checa -la principal fuente de producción de vinilos de Europa- los audios fueron extraídos de los masters en cinta de un cuarto de pulgada que la compañía conserva con cuidados de quirófano en una superficie refrigerada de 150 metros cuadrados y convertidos a archivos Wav a 24 bits (a diferencia de los 16 del CD) para ser impresos en discos de pasta de 180 gramos. "El que tenga el disco original y lo compare con el nuevo se va a dar cuenta de que en relación a la calidad del audio, el nuevo es muy superior, más real", asegura Luis Herman, encargado del archivo y el estudio de Sony. El caso de Artaud, de Pescado Rabioso, con el particular diseño de estrella irregular a cargo de Juan Oreste Gatti (un incunable del rock argentino), resultó de lo más emblemático y valioso de esta primera tirada. "Creo que la música de mi viejo se merecía esta clase de edición, con un buen nivel de audio y respetando el concepto del arte gráfico, en donde él siempre estaba súper metido", asegura Dante Spinetta, a cargo del patrimonio de su padre. "Eso es lo lindo de todas estas ediciones: es como si te lo hubieras comprado en los 70. ¡Está todo clonado!" "Todo esto me parece muy divertido y piola para las generaciones nuevas, muy ávidas de la retromanía", continúa Tweety. "Pero la mitad del éxito del vinilo es moda, realmente hay que desmitificarlo un poco. Es un formato que se gasta con las escuchas y no sé quién de los que lo utilizan tiene los equipos adecuados para notar la diferencia de audio." Para Amato, sin embargo, el valor de estas reediciones radica en la posibilidad de ofrecer una opción más para los coleccionistas y amantes del rock nacional. "La clave es que hoy la música puede ser accesible de forma legal en diversos formatos y de diversas formas", dice. "Se empezó a entender que los grandes negocios se hacen con el contenido, y la música es un contenido muy valioso."