Grupo Hot: 5 Seconds of Summer

musica-2157551w620Cómo hicieron cuatro chicos para crear la banda de pop-punk más caliente del mundo

El sol californiano ya ha empezado a bajar en el cielo de Bel Air, pero en la casa de verano de los 5 Seconds of Summer, el día todavía está por empezar. Hay manchas de vino tinto en el deck de madera junto a la piscina, que da al Chateau des Fleurs, una mansión de 100 millones de dólares que estuvo en el mercado desde que fue construída, y al Océano Pacífico a la distancia. Hay una chimenea rodeada de botellas de cerveza vacías. «Deberían despertarse pronto», dice la asistente inglesa de la banda, Zoë, quien lee un libro mientras esperamos. Cada tanto intenta textear a la banda, en lugar de tocarles la puerta de las habitaciones. Nadie responde.

Luke Hemmings, el galán al frente de este grupo australiano de pop, deambula hacia la cocina, sin afeitarse, con una remera y unos calzoncillos negros ajustados. Su peinado rubio élfico -que inspiró una cantidad de tutoriales de cabello en YouTube- es una maraña enrulada. Esparce algo de palta sobre una tostada. «Perdón, estoy en calzoncillos», murmura. «Tengo mucha resaca.» Se arrastra de regreso a su cuarto.

Alrededor de las 5 de la tarde, el día empieza a moverse. El bajista Calum Hood -que tiene 19 años, pero sigue pareciendo el jugador de fútbol de la escuela secundaria que era hace un par de años- sale con un vaso de Coca, con las uñas pintadas de negro y una gorra de Billabong. «Dejame que le ponga un poco de bourbon a esto», dice, y vuelve a la cocina. El guitarrista Michael Clifford da vueltas adentro, pero Hood lo evita. «Todavía lo siente», dice el bajista, prendiéndose un Camel. Finalmente Clifford se materializa, con una camisa completamente desabrochada, pálido, pero más fresco de lo que esperaba. «¡Estoy jodidamente vivo!», dice. «Perdón, antes me estaba muriendo.»

Anoche la banda tocó en los American Music Awards. «Mucha gente falsa, lo cual es una cagada», dice Clifford. Hemmings se queja: «Es como viners y personalidades de Internet, esa clase de gente. ¡Me da por las bolas! ¿Qué hacés acá?»

Después del show, Clifford y Hemmings fueron a la fiesta de su amigo Nick Jonas, y después se colaron en otra organizada por Justin Bieber en su bar preferido, el Nice Guy. No hablaron con Bieber («Creo que nos odia», dice Clifford) pero la pasaron bien. «Fue una puta locura, la gente parada sobre las mesas, cosas así», continúa. «Quizás no debería decir esto, pero él puso su disco, en repeat, como por dos o tres horas.» Clifford terminó en Beverly Hills en una fiesta en la casa de The Weeknd, que era tan exclusiva que la zona de la pileta tenía su propio patovica. El baterista Ashton Irwin, el miembro de la banda más viejo y quizás más responsable, había estado ahí antes pero se fue poco después de que lo empujaran contra una pared cuando entraban Diddy y su entorno.

Bienvenidos a la vida de los 5 Seconds of Summer, probablemente la banda más hot del mundo justo en este momento. Un par de años atrás, eran compañeros de colegio en los suburbios de Sydney, y posteaban covers de Justin Bieber y Bruno Mars en YouTube. Luego de que los 5SOS se enchufaron y punkearon su look, los One Direction los llevaron a una gira de 63 fechas en estadios techados durante 2013; son ahora la primera banda de la historia cuyos dos primeros discos debutaron en el Número Uno de los charts. El épico viaje de 4 años fue inmortalizado en How Did We End Up Here?, un nuevo documental que traza el ascenso de 5SOS (los fans lo pronuncian «FIVE-sauce») de la web al estadio de Wembley.

En este punto, su celebridad eclipsó la de sus ídolos pop-punk, Good Charlotte y Sum 41, pero los 5SOS tienen una fama completamente diferente: sus fanáticas adolescentes los retweetean a velocidades vertiginosas (más de 13.000 por minuto); encabezan el ranking de los «más rebloggeados» en Tumblr; protagonizan muchas fan fictions, algunas de las cuales contienen sadomasoquismo y travestismo. «No leo esa mierda», dice Hood. «Me da miedo.» En Las Vegas, 60 fans fueron capturados intentando reptar por pasillos de ventilación del estadio para colarse en uno de sus shows. «Los gritos son algo muy estresante, pero también algo muy maravilloso», dice Irwin.

El pasado enero, el sello de la banda, Capitol, les pagó a los 5SOS para que se mudaran a la casa de Bel Air y compusieran el nuevo disco en un lapso de tres meses. «Era un jodido sueño hecho realidad», dice Irwin. Pero la banda lo terminó temprano. «Así que hacíamos fiestas todo el tiempo», dice Hemmings. «A principio de año hicimos unas fiestas bastante geniales, y se pusieron cada vez mejores. En la última, la proporción era enorme.»

Tres noches atrás, Clifford se mandó un fiestón por su vigésimo cumpleaños. Los 5SOS pidieron prestada una casa en Beverly Hills, pero los echaron a la 1 a.m., así que mandaron a todos acá. Cuando llegaron, ya había 20 personas esperando afuera. Los detalles son borrosos, pero el resto de la noche incluyó un fogón afuera con Niall Horan de One Direction y una partida de Rock Band a las 6 a.m.; y también, muy probablemente, shots de vodka, pileta y un performance de New Found Glory en medio de la cocina. Clifford exhibe con orgullo uno de sus regalos preferidos, que recibió de Josh Dun, el baterista de la banda Twenty One Pilots: un Fleshlight, un dispositivo con forma de linterna con una vagina de plástico en una punta («El masturbador masculino #1», dice el paquete). «¿Vos nunca usaste uno de éstos?», pregunta Clifford riéndose.

Está sentado en la cocina, mientras la peluquera de la banda se dispone a trabajar echándole spray en el pelo para el rodaje de un video esta noche, para el nuevo single de la banda, «Jet Black Heart». Todo el mundo dice que Clifford es el miembro más «punk rock» de 5SOS: el Sid Vicious de la banda, si Sid Vicious reviviera e hiciera covers de All Time Low y Ed Sheeran. Está tatuado, tiene aros con tachas, las muñecas cubiertas de brazaletes negros, muchos de los cuales recibió de sus admiradores. Hoy tiene el pelo rojo; los fans siguen de cerca sus más de doce cambios de color en listas online, catalogados simpáticamente por ellos con títulos como «algodón de azúcar», «violeta emo» y «verde alga marina». «También tuviste verde porro», dice Kelsey, la estilista. «Construí este personaje y ahora me tengo que seguir tiñiendo», dice Clifford. «Y seamos honestos: la mitad del pop-punk es sólo el pelo.»

Los 5SOS terminaron un año que, en palabras de Hemmings, consistió en una promoción «incesante». «Si me llegan a preguntar de nuevo quién es la celebridad que más me gusta una puta vez más.», dice ofuscado. (Para que no tengas que preguntarle: es Mila Kunis.) Han tenido que, resueltamente, imitar sonidos de animales en la TV sueca, y describir su nuevo disco usando sólo emojis.

Pero la pregunta que más les molesta es: «¿Son una boy band?» Anoche los llamaron así en una fiesta de la industria de la música, cuando a Hemmings le presentaron un grupo emergente. «Me dijeron: ‘Nosotros también somos una boy band'», recuerda. «Yo pensé: ‘Ya mismo me voy de acá’.»

«El 75 por ciento de nuestras vidas consiste en probar que somos una banda de verdad», dice Irwin. «Nos estamos poniendo buenos en eso. No queremos ser sólo una banda para las chicas. Queremos ser para todos. Esa es la gran misión que nos proponemos. Ya estoy viendo a algunos fans varones que empiezan a aparecer, y está bien. Si los Beatles y los Rolling Stones y todos esos tipos pueden hacerlo, nosotros también podemos.»

Hay mucho trabajo por hacer. La banda hace poco anunció una gira en estadios techados que empieza este mes y dura al menos hasta fin de año. Después de pasar casi todos los días de los últimos cuatro años juntos, las tensiones son evidentes. «Algunos se enojan o dicen cosas que normalmente no dirían», dice Hood.

Clifford -quien sufre de una depresión moderada- parece estar pasando el peor momento. Pasó muchos de los días de 2015 encerrado, jugando al Call of Duty. Pero hace poco estuvo saliendo fuerte por la ciudad.

«La idea es encontrar cosas que te hagan feliz», dice Clifford. «Y para mí, esta semana fue salir de fiesta.»

‘No puedo creer que esta noche vayamos a un show de Good Charlotte!», dice Hemmings en un restaurante lleno en West Hollywood. En la mesa junto a él está uno de los productores y co-compositores de 5 Seconds of Summer, John Feldmann, líder de Goldfinger, la banda de ska-punk de la era del Warped Tour que emergió a fines de los 90. Uno de los mayores hits de Feldmann tuvo lugar en 1999, cuando la canción «Superman», de Goldfinger, fue utilizada para el videogame Pro Skater, de Tony Hawk.

Feldmann es un tipo amable, de hablar rápido, está de traje y con el pelo teñido de rubio platinado. Revisa el menú de comida italiana, pero le cuesta encontrar algo porque está a dieta. «Nueve días: sin gluten, sin cafeína, sin hidratos de carbono», dice. «Me hago la paja cada un segundo.»

Desde que empezó a trabajar con ellos en 2013, Feldmann se volvió el padre no oficial de la banda. (Fueron a su casa a pasar el Día de Acción de Gracias.) Tienen un proyecto paralelo con él llamado Wormstein, en el que usan máscaras de animales y con el que hace poco filmaron un video de bajo presupuesto de un tema original de hardcore-punk de 30 segundos llamado «Doughnuts».

Conoció por primera vez a los 5SOS en Londres, mientras trabajaba con un grupo australiano, The Veronicas, cuya cantante, Jessica Origliasso, era amiga de Glifford. «Nunca en la vida habría dicho que estarían en este lugar dos años después», dice Feldmann. «Tanta gente me decía: ‘Las guitarras ya fueron. Están muertas. Es todo electrónica y programaciones. La gente quiere eso’. Y gracias a Dios, ellos probaron que esa gente se equivocaba.»

La banda podría haber elegido trabajar con productores de hits como Max Martin después del éxito de su primer disco, pero optaron por quedarse con Feldmann. El es uno de los veteranos del pop-punk que trabajan con 5SOS: Deryck Whibley, de Sum 41; Alex Gaskarth, de All Time Low; y Benji y Joel Madden de Good Charlotte también co-compusieron canciones con la banda.

Los 5SOS también son grandes fans de Creed y de Nickelback. «Creo que los australianos somos adictos al cock rock», dice Hood. «Porque a mí me vuelve loco.» La banda incluso hizo una sesión de composición junto a Chad Kroeger hace poco, pero no funcionó. «Era una jodida canción de Nickelback», dice Irwin.

A la banda le encanta hablar de Kroeger. «Pidió doce tiras de pollo y una ensalada César», dice Irwin. «Fue tan gracioso, man.» Hood baja su voz una octava para imitar a Kroeger. «Fue como: ‘Mierda, soy tan poco saludable. Pido esto todos los días’.»

«Al final del día, siempre se decía: ‘Mierda, estoy estresado'», dice Irwin. «Un día nos dijo: ‘¿Ustedes buscan mierdas en Internet?’. Nosotros le preguntamos: ‘¿Qué mierdas?’. Y él: ‘Cosas de chicas, como chicas hot bailando’. Entonces va a YouTube y escribe ‘chicas hot bailando’ en la barra de búsqueda. Y ahí nos sentamos, a mirar chicas hot bailando. Fue una cosa muy de padre bizarro en Internet.»

«Como un padre buscando porno», dice Clifford, imitándolo mientras tipea: «‘¡Porn.com!'»

«Así era yo cuando era más joven: porno gratis», dice Hood. «No quiero ninguna de esas mierdas con suscripción. Yo quiero las cosas gratis.»

«¿Ustedes buscan ‘tetas’ en imágenes de Google?», dice Clifford. «Cuando yo tenía 11, sacaba el ‘búsqueda segura’ en las imágenes de Google. Oh, man, esto no ayuda para el artículo, ¿no?»

Good Charlotte fue el primer recital de rock al que fue Hemmings en Sydney a los 12 años. «Son la razón por la que quise estar en una banda», dice. «Me podía identificar con un grupo de un pueblo chico, hablando sobre querer salir de ahí.»

Ahora, los 5SOS devuelven el favor: Good Charlotte había pasado de tocar en el Madison Square Garden a tocar en el House of Blues de Myrtle Beach, Carolina del Sur, cuando decidieron tomarse una pausa hace un par de años y trabajar detrás de escena como productores. Después Feldmann los puso en contacto con 5 Seconds of Summer, y escribieron canciones para ambos discos suyos. «Nos inspiramos de verdad», dirá Benji Madden esta noche sobre el escenario. «¡Y nos volvió a picar el bichito del pop-punk!» Hoy es el primer show completo de Madden en casi cinco años.

Mientras come, Hemmings le da la mano a su novia, Arzaylea, una morocha bajita de 21 años con un aro en la nariz y una remera que dice: «Preferiría estar comiendo». Mientras Hemmings me habla al oído, ella tiene la mano sobre su pantalón, acariciándole la pierna. Se conocieron en una reunión en Los Angeles hace tres meses. La fiesta era «realmente mala», pero a Hemmings le impresionó cuando ella le dijo que su banda preferida era The Maine, el grupo emo de Arizona. La invitó a la casa de los 5SOS a las 3 a.m., y desde entonces están juntos. Intentó mantener su relación en secreto durante semanas, bajándose por separado de los autos para evitar a los paparazzi, pero esta noche parece haberse rendido. «Es difícil», dice. «Una de las cosas más raras es que querés que sea un secreto, pero no querés que sea un secreto.»

Arzaylea se crio en Austin y Nueva York, y fue a la escuela de belleza Aveda Institute. «Ya no uso eso», dice ella. ¿Qué hace? «Soy una persona influyente en Internet», dice. «Posteo fotos. Es realmente fácil.» En una entrevista online, alguien le preguntó: «¿Te preocupa el dinero para el futuro, considerando que no tenés un trabajo a tiempo completo y no vas a la universidad?»

«No», respondió. «Fideicomiso.»

Arzaylea se convirtió en una villana para las fans obsesionadas con Hemmings; el universo online de 5SOS está lleno de conspiraciones alrededor de ella: que usa a Hemmings por su fama, que en realidad tiene 25 años y no 21, que es una marioneta pagada por los mánagers para crear problemas y atraer atención. Exhumaron tweets agridulces de ex novios. «Ustedes me odian, cuando en realidad no me conocen», tweeteó a las fans. «No uso a nadie para nada. Puedo legítimamente hacer todo por mi cuenta.»

Hemmings y Arzaylea caminaron de la mano un par de metros hasta el Troubadour. Minutos después los Good Charlotte están sobre el escenario, entregando un set repleto de hits. Entre canciones, hacen chistes acerca de ser viejos y llevar a sus hijos a la escuela antes de ensayar con la banda. «Vamos a remontarnos a 2001», dice Joe Madden antes de «Little Things». Hemmings salta de su asiento y canta toda la canción. Cuando la fila VIP se llena de gente, Arzaylea se trepa en su falda, y transan. Cuando la banda saluda a 5SOS, levantan los puños.

Después del show, los 5SOS van al backstage, donde Nicole Richie, la mujer de Joe Madden, dirige a los invitados a un camarín con aspecto de bar de mala muerte. Los Madden charlan con ejecutivos sobre su regreso. Cuando ven a la banda, todo el mundo se abraza. «Les debemos tanto a estos chicos, bro», dice Benji Madden, hablando alto en medio de la gente. «Estábamos como superados. Y después pasamos como nueve meses juntos. Verlos volverse la banda que son. los amo, muchachos. No sé lo que haría sin ustedes.»

«Estos son mis hermanos menores», dice Joel, dándole una palmada en la espalda a Hood. «Gracias por venir a nuestro show esta noche. ¡Hacen que parezcamos cool!»

Hemmings, hood y Clifford se conocieron en Norwest Christian College, una pequeña escuela primaria en un suburbio del norte de Sydney, donde los estudiantes usan blazers y «los profesores usan sus propias experiencias como cristianos para enseñar desde una perspectiva bíblica en todas las áreas del conocimiento», de acuerdo con la página web. «Era bastante estricto», dice Clifford. (Cuando le pregunto si es religioso, Clifford dice que estos días no va a la iglesia, pero «cuando voy a casa, mi familia me recuerda que estoy bendecido y cosas así».)

Hemmings se describe como un estudiante «agresivamente promedio»; su madre era profesora de matemática y su padre tenía una compañía de limpieza de piscinas. Clifford y Hood se conocían desde hacía años; Hemmings entró a Norwest en séptimo grado. «Era como el pibe cool», dice Clifford, cuyos padres tenían un negocio de computadoras. «Era un poco malo. Al principio no nos caíamos bien.» Hemmings dice: «Yo era gordito. No había cambiado la voz. Michael era alto y flaquito y tenía un pelo bárbaro, así que yo pensaba: ‘A la mierda con este pibe’.»

Adam Day, el profesor de música de los chicos, dijo que Clifford mostraba la mayor ambición desde el principio: «Michael siempre me decía: ‘Un día voy a ser una superestrella'». Pero fue Hemmings el primero en ponerse serio con YouTube, y posteó un cover de la empalagosa «Please Don’t Go», de Mike Posner, en 2011, a los 14 años. Gracias a la onda de Hemmings, y a su débil pero encantadora performance, el video alcanzó las 40.000 views en un par de meses.

Hood -que se tomaba tan en serio el fútbol que había ido a un campo de entrenamiento en Brasil- y Clifford se sumaron a la acción. El trío se amontonó alrededor de la cámara y cantó «Next to You» de Chris Brown y Bieber, que llegó a las 600.000 views. Tenían buena onda entre ellos y también con los fans online: «Suscríbanse y pongan ‘Like’ y toda esa mierda», decía Clifford. «Nos dimos cuenta de lo que le gusta a la gente de nosotros», dice Hemmings. «No éramos idiotas. Eramos un poco unos boludos en cámara, pero a la gente le encantaba.»

«Tenían una suerte de energía nerviosa», dice su primer mánager, Adam Wilkinson, quien los conoció cuando los tres recorrieron el Studio 301, uno de los mayores estudios de grabación de Sydney, en la primavera de 2011. En diciembre de ese año, los contrataron para su primer show en un lugar llamado Annandale Hotel. Necesitaban un baterista y acudieron a Irwin, que estaba en un grupo de pop acústico local. La banda dice que a ese recital sólo fueron doce personas. «Había mucho más público en Internet», dice Irwin. «En nuestro lugar, en nuestra ciudad, a nadie le importaba. Pero la gente en Internet, en Noruega y Suecia, nos estaba mirando y diciendo: ‘Esto está bueno’.»

Luego de una reunión con la banda y la mamá de Hemmings, Wilkinson escribió un plan de doce meses para que los 5SOS se volvieran unos gigantes del pop. Empieza a leer una estrategia de marketing que le presentó a la banda: «Musicalmente, 5SOS puede ocupar el espacio entre One Direction y [la boy band con guitarras británica] McFly. Son unos adolescentes atractivos y asequibles que tienen una onda descarada y tocan sus propios instrumentos. Si bien no pueden cruzar al campo del pop-punk, pueden pararse en el borde y capturar el límite de ese mercado».

«Siempre quisieron ser Blink 182 o Good Charlotte, pero soy el primero en admitir que pensé que eso era apuntar demasiado alto», dice Wilkinson. «Intentamos hacerlos un poquito más pop.»

Como los Fab Four, cada miembro de los 5SOS tendría un personaje simple. Luke era el callado. «La idea era que los fans sintieran algo de misterio alrededor de él», dice Wilkinson. «Michael, desde el primer momento, quería ser una estrella de rock. Así que tratamos de acentuar eso. Calum siempre se suponía que era el creativo. Ashton, el serio.» Wilkinson los molestaba para que les tweetearan a los fans: «Yo chequeaba sus Twitter. Les decía: ‘Bueno, muchachos, Ashton hizo esto, ¿por qué mierda ustedes no lo hicieron?’ ‘Oh, perdón, me olvidé. Estaba en la escuela, ocupado'».

En mayo de 2012, la banda salió de gira por primera vez, tres ciudades en clubes de Australia con capacidad para 200 personas, para los cuales Wilkinson dice que se agotaron las entradas en dos minutos. «Todavía no entiendo cómo explotó tan rápido», dice. «En tres meses, estos pibes pasaron de ser nada a agotar shows en tres ciudades en las cuales a muchas bandas conocidas les cuesta bastante llenar.»

La apuesta subió cuando la banda atrajo el interés de Modest Management, la compañía londinense que maneja One Direction. El co-fundador de Modest, Richard Griffiths, se tomó un avión a Australia para persuadir a los 5SOS de que se mudaran a Londres. La banda llegó al Reino Unido en diciembre de 2012, un mes después de que Louis Tomlinson, de One Direction, hubiera tweeteado un link de YouTube de una de las primeras canciones originales que sacó 5 Seconds of Summer, «Gotta Get Out». «Soy fan de esta banda desde hace un tiempo, vayan todos detrás de ellos», dijo.

Por supuesto, un apoyo así no es gratis: de acuerdo con algunos reportes, One Direction es dueño del 50% de 5SOS S.R.L, lo cual les da parte de las regalías por la música y el merchandising de la banda. Meses después de aquel tweet, One Direction anunció que los 5SOS serían sus teloneros en una gira; después de poco menos de dos docenas de recitales, los 5SOS estaban tocando en el O2 Arena. Cuando aterrizaron en Miami en una parada de la gira, había 200 chicas esperándolos fuera del aeropuerto.

Hemmings dice que aprovecharon la atención al máximo. Eran más salvajes en las primeras giras, cuando iban a bares para juntarse con el público después de los recitales. «Cuando ponés a cuatro pibes jóvenes en un bus de gira, tocando en teatros, después en estadios techados, vas a tener un montón de sexo», dice Hemmings. «Nos divertimos.» ¿Muchas chicas en una noche? «Siento que no debería decirlo», dice con una sonrisa de superioridad. «La posibilidad es alta», dice otra vez. Se ríe tramposamente. «Las posibilidades son infinitas.»

«Empecé a tener atención de todas estas chicas que nunca hubieran gustado de mí en la escuela, y que venían y me decían cosas, me daban sus números», dice Hood. «Era como: ‘¡La puta madre, qué bueno!’ Me puse un poco imprudente.»

En 2014, un video que le mandó Hood a una chica por Snapchat -en el que se filmaba mirándose al espejo con el pene afuera- circuló online. En realidad era de bastante antes: podés darte cuenta por la falta de tatuajes. «De algún modo fue como una bendición, porque ya no me podría pasar algo tan malo otra vez», dice, fumando en el porche de la casa de la banda. «Si saliera otra foto de mi pija, sería como: ‘¡Oh! Es su pija otra vez’.»

Además, el video implicó un montón de publicidad para la banda. «Ahora estoy trabajando en el video porno», dice Hood. «Voy a llamar a Pamela: ‘Hey, hace mucho que no nos vemos. ¡Necesitamos inflar un poco a esta banda!'»

Quizás no sea sid vicious, pero Clifford fue la oveja negra de los 5SOS desde la primera época, cuando Irwin tenía que ir a la casa de Clifford para despertarlo para ensayar. No es muy confiable -se perdió un recital en Nueva York por haber perdido el pasaporte- y también es el más propenso a los accidentes. En noviembre, en Londres, se cayó del escenario en los primeros 10 segundos de un show en una entrega de premios luego de un pésimo salto, y cayó en el foso de la orquesta. «Me cagué el talón», dice. Aún más escalofriante fue cuando Clifford se topó con una explosión de pirotecnia en Wembley Arena en junio; se le prendieron fuego el pelo y la camisa, y se retorció por el escenario. Fue al hospital y estaba bien, pero sintió terror por un momento cuando no pudo abrir los ojos.

En un aspecto más personal, Clifford interrumpió el set en un anfiteatro en Michigan más tarde ese mismo verano: «Estuve arreglando algunos problemas de mi salud mental», le dijo al público. «Vi a un terapeuta muy rápido, en la pausa que nos tomamos.»

Clifford dice que sufre de problemas de «auto-estima, soledad, un poco de depresión», y estuvo tomando demasiadas pastillas para dormir a la noche. Hace dos semanas, en Amsterdam, alcanzó un «punto de quiebre», y llamó al mánager de la banda, Matt Emsel. «Le dije: ‘Me voy a casa, basta'», dice Clifford. «‘Me voy a esconder por un mes o dos’.» Transigió, pero dice: «Estuve más triste que la mierda últimamente». Después del anuncio sobre el escenario, los fans le dieron ánimo en Twitter con el hashtag #WeLoveYouMichael. «Me volví un símbolo de la defensa de la salud mental, ¿viste?», dice, un poco incómodo con el papel. Irwin protege a Clifford, y dice que le preocupaba que las dificultades del guitarrista fueran «tomadas como alguna boludez de marketing».

Irwin se alegró de ver a Clifford sonreír cuando lo visitó la mamá hace poco, mientras la banda estaba de gira. «A Michael le encanta su casa», dice Irwin. «Le encanta estar en su casa enfrente de la puta computadora. De ahí lo sacamos, y ahí es donde tenemos que devolverlo. ¿Me entendés? Michael, si dejás tu computadora un par de años, te devolvemos ahí en algún momento. Sólo te necesitamos ahora para esta banda.»

En la semana antes de los AMA, Clifford se enojó cuando un sketch con el conductor televisivo James Corden se puso feo. En la sátira, Corden hacía de un quinto miembro de ficción de 5SOS, que se descargaba cómicamente contra la banda después de que lo echaran del grupo. Pero en la grabación, la banda no paraba de confundirse en los parlamentos, y el conductor se molestó bastante. Sus chistes sobre la banda parecían ponerse más duros, y se la agarró con Clifford: «¡Puedo encontrar a un boludo con pelo rojo cualquier día de la semana! ¿Te pensás que sos el primer tipo que se tiñe el pelo y se arma una banda? Sos como un cliché de cualquier músico de mierda».

Clifford quedó un poco sacudido. «Eso fue muy raro», dice, caminando a un supermercado cerca de la casa. «Fue la promo más difícil que hice en mi vida.» (Las frases más malvadas de Corden fueron directamente editadas en la versión final.) Irwin tiene una versión diferente, y menciona alegremente que recibió un elogio de una productora: «¡Me dijo que era bueno para improvisar!»

Wilkinson atribuye el empuje de Irwin a su infancia difícil. Su padre dejó a la familia cuando tenía dos años; Irwin ayudó a su madre a criar a su hermano y su hermana menores, que tenían otro padre. «Tuvo momentos en los que ella se deprimía y tomaba demasiado, y eso fue difícil para mí», dice. Irwin es el único miembro de la banda que se graduó de la secundaria antes de irse a Inglaterra para dedicarse a la música; era un nadador estrella y vicepresidente de su curso, y tomaba clases de actuación paralelamente. Y aunque le resultó difícil abandonar a sus hermanos cuando los 5SOS se fueron de Sydney, Irwin sabía que no podía dejar pasar la oportunidad. «Creo que estaba en un lugar diferente», dice. «Para mí, la vida era mucho más estresante en mi casa.»

«No me retiene mi pasado», agrega. «Soy un adulto.» Hace ejercicio físico a diario («Admiro a Sting y Springsteen, están en un excelente estado y son tremendos en el escenario») y se esfuerza por conectar con la gente del negocio de la música, merodeando después del ensayo de los AMA para hablar con unos tipos parados cerca de la consola de sonido. «Esa es la misma gente que hizo sonido durante el show de Año Nuevo de Dick Clark», dice. «Un día, vamos a estar en el puto puesto 60 de los rankings de música pop y vamos a necesitar pedirles un favor de algo, y ésa es la gente que te va a ayudar. Es importante.»

Clifford e Irwin se cruzan por diferencias creativas. «Hubo momentos en los que pensé: ‘Mierda, ¿por qué nos peleamos tanto?'», dice Clifford. El tiende a escribir canciones más oscuras y pesadas como «Jet Black Heart». Irwin se inclina más hacia lo comercial. Hizo fuerza para su primer gran hit, «She Looks So Perfect» (la del estribillo «Te ves tan perfecta parada ahí/con mis calzoncillos de American Apparel»). Irwin cuenta excitado la historia de la letra: la novia del co-compositor de la canción se olvidó su ropa interior una vez, así que usó la de él. «Pensamos: ‘¡Esto está jodidamente bueno!'», recuerda Irwin con una emoción que lo desborda. «Me pegó de inmediato. Me encantó porque era extravagante. Sabía que nos iba a dividir. Michael la odió.»

«Me preocupa mi banda», agrega. «Me preocupa jodidamente. Cada tanto, alguno va a experimentar un desamor y deprimirse y sentirse loco o salir de fiesta todos los días. Quiero que lo superen. Tenemos que hacer que esto funcione.»

Hasta ahora, esta funcionando. Hoy la banda está amontonada en un sofá, con sombreros graciosos, contestando preguntas en una grabación de New Year’s Rockin’ Eve de Ryan Seacrest. Una periodista rubia con un vestido brillante les pregunta qué lecciones aprendieron este año. «Fijate lo que estás haciendo», dice Irwin. «Y fijate dónde va Michael.»

Clifford está un poco perezoso y amargado; anoche salió hasta tarde con Josh Dun de Twenty One Pilots, el que le regaló su preciada Fleshlight. Clifford se reanima cuando los 5SOS tocan sus temas amenazadores, «Hey Everybody!» y «She’s Kinda Hot», pero después, mientras el público sigue gritando por ellos, se baja rápido del escenario, y se mete al camarín apurado. «¿Estás bien?», le pregunta uno de los mánagers de la banda, pasándole el brazo por la espalda.

Los miembros del grupo hacen una breve pausa para una sesión fotográfica. Cuando están todos frente a la cámara, posan poniendo sus mejores caras de punk rockers: Hemmings saca la lengua, Irwin hace una mueca, Hood se pone una pistola de golosinas en la entrepierna y dispara. Clifford bizquea los ojos y levanta las cejas. Pero parece como si se sintiera absolutamente miserable.

El humor de Clifford mejora más tarde en el camarín cuando Irwin le da un regalo de cumpleaños de la banda, que Irwin estuvo planeando durante meses: dos Gibson Les Paul Junior negras customizadas. «¡La puta madre!», dice Clifford al abrir la primera funda, y se lleva las manos a la cara. Cuando ve la segunda, grita: «¡Este es el mejor día de mi vida! ¡Dios mío! ¡La puta madre! ¡Esto es literalmente lo último que me esperaba!» Le da un fuerte abrazo a Irwin.

Pero parecen darse cuenta de que ser una banda es lo que los distingue de casi todos los demás en su nivel, y quieren agarrarse de eso. Les dan pena las estrellas de pop solistas rodeadas de asistentes pagados en los shows de entregas de premios. «Nadie es amigo», dice Irwin. Más allá de las tensiones, se van de vacaciones juntos a Indonesia durante la pausa por las fiestas. «Tenés que trabajar en la relación de la banda, como con cualquier relación romántica», dice Irwin.

El momento preferido de Clifford con la banda el año pasado no fue exactamente sobre el escenario, ni cuando los perseguían sus fanáticas por todas partes, ni cuando el disco llegó al Número Uno. Fue en Milán, cuando los 5SOS pidieron cinco minutos a solas durante una parada en la gira, alejados de su entorno. Ahí fue cuando Hood empezó a treparse por una ventana hacia un estacionamiento. Los demás lo siguieron.

«Estábamos como: ‘La puta madre, ésta va a ser la mejor joda de la historia'», dice Clifford. «Cerramos la ventana, saltamos y nos escondimos en el estacionamiento. Y desde ahí vimos cómo nuestros mánagers entraban en el cuarto.»

«Abrieron la puerta y estaban como: ‘¿Dónde fueron los chicos?'», continúa. «Fueron al baño, todos. Empezaron a asustarse. ‘La puta madre, se fueron todos’.»

«Podríamos habernos ido», dice Clifford sonriendo. «Podríamos habernos ido lejos.»

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