De Adele a Los Brujos, pasando por Blur y Keith Richards
Adele. A cuatro años de 21, la cantante británica rompió el hermetismo de su silencio discográfico a fines de noviembre con 25, su tercer trabajo de estudio. El título del disco esconde una pequeña trampa, ya que Adele tenía esa edad al momento de comenzar a grabar el disco, pero ahora acusa 27.
Blur. A pesar de haber encarado dos regresos desde su separación en 2003, nada hacía pensar que fuese posible contar con un nuevo disco de la banda de Damon Albarn. Un improvisto climático y dos semanas libres en Hong Kong hicieron su parte y, como resultado, ahí está The Magic Whip, el primer disco del grupo con el guitarrista Graham Coxon en 16 años.
Luis Alberto Spinetta. Pocos meses antes de morir, el Flaco comandó una jam session discreta con Rodolfo García y Daniel Ferrón. Las cintas de esas sesiones quedaron en el olvido, hasta que la familia Spinetta decidió desempolvarlas para dar forma a Los Amigo, un álbum póstumo simple y conmovedor
The Libertines. Las cosas no terminaron para nada bien entre Pete Doherty y Carl Barât en 2004. De a poco, la relación entre ambos fue limando las asperezas y, procesos de rehabilitación mediante, la banda londinense pergeñó Anthems for Doomed Youth, su demorado tercer disco.
New Order. Cuando Peter Hook se fue dando un portazo, todos dieron por muerta a la banda de Manchester. Con un lento proceso de rearmado (de su formación, pero también de su repertorio), Bernard Sumner y compañía volvieron a las raíces ochentosas del grupo para Music Complete, el primer disco con material original del grupo en una década.
Giorgio Moroder. El padrino del tecno llevaba casi treinta años sin publicar un disco cuando colaboró con Daft Punk en Random Access Memories. Al poco tiempo, Moroder empezó a delinear su regreso discográfico que se materializó en junio con Déjà Vu, un álbum plagado de colaboraciones, de Sia a Britney Spears , pasando por Kylie Minogue y Charli XCX.