El grupo colombiano llama al productor de Pitbull para un álbum que busca infiltrase en los clubs de Nueva York
Bomba Estéreo – Amanecer (3 estrellas)
Un disco de Bomba Estéreo en el que no sonara cumbia habría sido inimaginable hace unos años, cuando la banda colombiana se lanzaba a la conquista del circuito festivalero global con su particular reinterpretación de los ritmos folclóricos del Caribe en clave digital. Pero esa expansión internacional fue tan exitosa que trascendió los festivales (el hit «Fuego» llegó hasta el soundtrack del FIFA 10) y les consiguió un contrato con Sony Latin, poniendo al grupo a jugar en las grandes ligas de los charts estadounidenses.
Amanecer, grabado entre Bogotá y Los Angeles, es el intento de Bomba Estéreo por hacer pie en este nuevo terreno, de la mano de Ricky Reed, productor de Pitbull y Jason Derülo, entre otros. Su influencia se percibe inmediatamente en los beats machacantes pero quirúrgicamente prolijos que instaló el reggaetón cuando llegó a las radios masivas, licuando de manera notoria el componente más distintivo del grupo: su riqueza rítmica. Al revés de lo que sugiere «Fiesta», el primer corte del disco, Amanecer se aleja del carnaval latino para meterse en el club yanqui («Voy» es un rap meloso en spanglish, «Sólo tú» es tecno-pop puro y duro), y si el ADN de los colombianos no desaparece por completo es únicamente gracias a la inconfundible voz de Li Saumet, que sigue siendo más una cantora que una cantante. En ese sentido, Bomba Estéreo podrá funcionar como una brisa de aire fresco en medio de la rotación radial, pero no parece haberle sacado demasiado provecho a su intento de crossover, al menos desde lo estrictamente musical.