
Un repaso por los films en los que pesa más el heroísmo que los puntos que marca el tanteador
El estreno de
Volando alto (
Eddie the Eagle, en el original), una de esas películas deportivas hechas para que sea difícil escaparle a las lágrimas, nos lleva en primer lugar a decir que las pistas de esquí habían sido rodadas en modo documental por Werner Herzog en los setenta, en el -buenísimo- mediometraje
El gran éxtasis del escultor de madera Steiner. Y en segundo lugar que los saltos de esquí están filmados de forma espectacular. Y en tercer lugar -después del trailer- vamos con otras películas deportivas de esas con derrotas o empates que se sienten como triunfos.
Una de las más famosas -o la más famosa a secas- de las películas de derrota -empate- con sabor a triunfo es
Rocky, la primera, la que ganó el Oscar, la que convirtió a Stallone en estrella. La que lo enfrentó por primera vez con Apollo Creed. La que escribió y protagonizó Stallone y dirigió John G. Avildsen, que luego haría otros éxitos con enfrentamientos como las tres primeras
Karate Kid. Y en lugar del trailer de
Rocky, veamos este momento extraordinario de la historia de los Oscars, que no pudo repetirse con un premio como actor para Stallone por
Creed en la última entrega, que terminó en una nominación con gusto a derrota.
La siguiente es una de las películas de fútbol más recordadas. La protagonizó Stallone como arquero perseverante que al principio no sabía atajar en absoluto:
Escape a la victoria, con el legendario partido final de fútbol de los prisioneros contra los nazis, dirigida por John Huston y con Pelé en el reparto después de Stallone y Michael Caine. También estuvieron, entre otros, Bobby Moore y el argentino Osvaldo Ardiles.
En
Volando alto se menciona al equipo de trineo (bobsleigh o bobsled) de Jamaica que también participó de esas Olimpíadas de invierno de Calgary 1988. Y que dio origen a otra película de triunfos imposibles o de derrotas con sabor épico:
Jamaica bajo cero (
Cool Runnings), protagonizada por John Candy en un papel con varias similitudes con el de Hugh Jackman en
Volando alto.
Y en todo listado de películas deportivas debería haber una de Ron Shelton, porque siempre incluyen algo de amargura, de fracasos, de triunfos melancólicos. Una de ellas es la absolutamente inoxidable
La bella y el campeón (
Bull Durham), una comedia romántica deportiva y crepuscular con Kevin Costner y Susan Sarandon en estado de gracia: