Albert Hammond Jr.: “Ahora me levanto muy temprano”

Momentary Masters, el nombre del disco, viene del libro Un punto azul pálido, de Carl Sagan. ¿Qué te llevó a buscar la inspiración por ese lado? Durante mucho tiempo tuve un audio en el que él leía un extracto de ese libro en su programa, Cosmos. Es todo un texto basado en ver a la Tierra desde bien lejos, en el espacio, hasta que el planeta queda reducido a algo minúsculo, y cómo eso permite tomar noción de lo insignificante de todo lo realizado por los supuestos grandes hombres de la historia en su carrera por ser amos momentáneos de una fracción de ese punto. Me parecía un buen planteo, y al mismo tiempo me gustaría que alguno lo interpretara como si se tratase de una frase arrogante mía, cuando es todo lo contrario. En Momentary Masters hacés una versión a banda completa de "Don't Think Twice, It's All Right", de Bob Dylan. Creo que nadie se veía venir algo así de parte tuya. Hace algunos años, un amigo mío organizó un tributo a Dylan en Dublín y me invitó a participar. Al principio me negué, porque no quería caer en el lugar común de hacer una canción suya como él mismo la haría. Empecé a encontrarle la vuelta reemplazando las partes de armónica por arreglos de guitarra, y busqué cómo hacer mis propias vocalizaciones. Al tiempo, me agarraron ganas de usar ese mismo molde para un EP de covers clásicos con cantantes invitados, pero quedó en la nada. Para que no quedara perdida, la rescaté porque funciona como separador de los lados A y B del vinilo. Cuando te casaste, dejaste la ciudad y te fuiste a vivir a las afueras de Nueva York. ¿Cuánto cambió tu vida? Antes solía decir que me volví más doméstico, pero tengo que encontrar otra palabra, porque eso suena a aburrido, a maduro. En el último año sólo pasamos ocho semanas con mi mujer en el departamento que tenemos en Nueva York, y siempre terminábamos acá en las afueras. Tarde o temprano íbamos a decidir venirnos; es un lugar en el que podemos ver televisión sin mayores preocupaciones, cocinar sano y trabajar tranquilos. Ahora me levanto muy temprano y me siento lleno de creatividad. Hace poco vi un documental sobre Bob Marley en el que contaban que él se levantaba por la madrugada y salía a correr con sus músicos para empezar a componer en las primeras horas de la mañana, y me sentí plenamente identificado. Desde que publicaron Angles, la dinámica de The Strokes cambió bastante. Hicieron sólo ocho shows en los últimos dos años, y todos se concentraron en sus proyectos paralelos. Hace poco Julian Casablancas dijo que estaban grabando un disco nuevo, pero saliste a desmentirlo. El dijo eso en enero, cuando nos habíamos juntado en el estudio a trabajar algunas ideas. Como seis meses más tarde no teníamos nada en concreto, moderé las expectativas de todos. The Strokes son volátiles como toda banda de rock, y eso es lo que lo hace divertido e interesante para nosotros. No pienso esto como un proyecto paralelo, sino a ambos como dos proyectos principales. No quiero sentarme a esperar que uno me deje tiempo para el otro, ni tener que relegar una cosa por otra. Tu mamá es argentina ¿Te hizo conocer algo de música local? [Risas] Lamento desilusionarte, pero no. Al poco tiempo de que se casaron, mis viejos se mudaron a Los Angeles y yo nací ahí. Fui de visita a Argentina muchísimas veces, pero siempre estuve más en contacto con mis familiares que con lo que estaba pasando en la escena de allá. Tengo recuerdos de mi tío haciendo asados, y de la primera vez que fumé un cigarrillo, cuando mi primo me enseñó cómo inhalar el humo cuando yo tenía 12 años. Buenos Aires es una ciudad que me encanta, y estoy seguro que debe de estar llena de artistas increíbles, pero lamentablemente no conozco a ninguno.